Nuestra última etapa nos ha permitido recobrar el tono vital de viajeros por este alargado y diverso país... no hace mucho que hicimos un espectacular recorrido en bus durante doce horas entre Coyhaique y Chaitén, cuando retomamos el misterio de zambullirse en la "noche busera" que, después de incontables horas entre ronquidos y despertares buscando una postura adecuada que nunca llegará, finalizará en una terminal ¡boliviana!; no queremos engañaros, estamos en Arica, ahora ciudad chilena, no hace mucho territorio boliviano.
Para llegar a Putre tuvimos que hacer autostop |
Putre como destino final del vasto altiplano chileno nos va a permirtir el reencuentro con paisanajes, modos de vida, brillantez de luz entre salares y montañas nevadas, volcanes, polvo, flamencos o canélidos, que evocan lo mejor y más anhelado de un viaje entre misterios... el espíritu que hay detrás de lo que solo pertenece a la naturaleza y a todos los que viven y trabajan en ella.
Desde Putre los volcanes Guayatire, 4200 msnm y... |
Nuestra habitación de Putre... la más cutre |
Hemos tenido la gran suerte, en parte trabajo de búsqueda y algo de intuición, de conocer a un trabajador de la naturaleza, aprendiz de todo lo que supone el altiplano como fuente de riqueza natural e histórica de su pueblo aymara, así como curioso autodidacta de los increíbles recursos paisajísticos de su territorio, dispuesto y orgulloso para mostrarlo a viajeros que, como nosotros, estamos preparados para abrir la boca una vez más, en cada recodo del recorrido... Justino representa, independientemente de sus cualidades como persona, el emprendedor, escalador o descubridor de paisajes, el indio aymara que no pertenece a este lugar, sino a la civilización que se produjo en estos territorios hace diez mil años y que supo convivir con otras a través del respeto que la naturaleza proporciona.
Si resulta dificultoso describir la naturaleza que nos ha rodeado estos días, no tanto supone las sensaciones que hemos descubierto en la sencillez de los modos de vida de los aymara, o de la perfecta integración sus pequeñas aldeas en el paisaje.
Dejamos material donado por Cajasol para repartir entre los niños |
Arica nos ha permitido conocer un poco mejor esta zona desértica entre verdes valles con grandes plantaciones de todo tipo, especialmente maiz, tomates, naranjos y grandes olivos... almazaras antiguas producen un aceite de oliva muy apreciado en Chile. Volcada al mar, desarrolla el comercio marítimo que permite a Bolivia exportar e importar productos de todo el mundo, este territorio lo perdió en la guerra del Pacífico con Chile en el siglo XIX.
La pequeña catedral de Arica diseñada por Gustave Eiffel en 1788, construida en Francia en hierro fundido y montada a piezas, fue uno de los pocos edificios de la ciudad que resistió varios de los terremotos que la asolaron.
En su magnífico museo arqueológico pudimos ver las momias más antiguas del mundo, de hace 7000 años, pertenecientes a la cultura Chinchorro que colonizó estas zonas costeras.
Nuestro viaje toca a su fin... después de un largo paseo por esta parte de la costa del Pacífico volvemos a degustar parte de sus frutos regado con un vino de la tierra.